En Ciudad Juárez, un importante punto de tránsito migratorio en México, crecen los temores ante las políticas prometidas por Donald Trump, quien busca regresar a la presidencia de Estados Unidos.
Entre estas medidas se encuentra la declaración de emergencia nacional y el uso de recursos militares para ejecutar deportaciones masivas.

Migrantes como Scarlett Rodríguez, una venezolana de 22 años que espera su cita con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) mediante la aplicación CBP One, expresan su incertidumbre. “Nuestra preocupación es que, aunque estamos haciendo las cosas legalmente, nos regresen. Tenemos sueños y metas, pero tememos que todo sea en vano”, declaró.
Mientras algunos latinos en Estados Unidos dudan de la viabilidad de estas políticas, en los refugios mexicanos las conversaciones giran en torno al impacto que estas podrían tener, particularmente en familias vulnerables.
Scarlett, quien huyó de la violencia en Venezuela con su hija, relata la angustia de quienes no han logrado obtener citas: “Es un choque de emociones; no solo pensamos en nosotros, sino en aquellos que también tienen familias con niños o padres mayores”.

Preocupaciones sobre el futuro migratorio
César Bravo, otro migrante venezolano, comparte el temor de muchos en la frontera. “Nos preocupa que una vez establecidos, puedan deportarnos, aunque lleguemos de manera legal. Trump podría imponer restricciones adicionales o condiciones difíciles de cumplir, bloqueando nuestras oportunidades”, lamenta.
Por su parte, el Gobierno mexicano, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, asegura que su enfoque humanitario ha reducido el flujo migratorio en un 76 % desde diciembre pasado. Sin embargo, los migrantes y defensores de derechos humanos siguen alerta ante el posible endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos.
Reflexión final
La posibilidad de que Trump retome la presidencia ha generado incertidumbre no solo entre quienes esperan cruzar legalmente, sino también en comunidades migrantes establecidas en Estados Unidos. Para muchos, las políticas propuestas representan no solo un retroceso en los derechos de los migrantes, sino un golpe a sus esfuerzos por construir un futuro mejor.