El funeral de la princesa Yuriko, la miembro más longeva de la familia imperial japonesa, se llevó a cabo este martes en el cementerio de Toshimagaoka, en Tokio, tras su fallecimiento el pasado 15 de noviembre a los 101 años.
Yuriko, viuda del príncipe Mikasa y tía abuela del emperador Naruhito, fue despedida con el ritual sintoísta Renso-no-Gi, encabezado por su nieta, la princesa Akiko.

El cortejo inició en el palacio Mikasa, pasando por la Puerta Otemon del Palacio Imperial, donde más de 300 personas, incluidos miembros de la Agencia de la Casa Imperial y la Guardia Imperial, realizaron una reverencia en su honor. En el cementerio, alrededor de 500 asistentes, entre ellos el primer ministro Shigeru Ishiba y familiares imperiales, presenciaron el solemne rito.
El emperador Naruhito, la emperatriz Masako y los emperadores eméritos no asistieron, siguiendo la tradición imperial japonesa. Tras la incineración, las cenizas de Yuriko serán colocadas junto a las de su esposo, fallecido en 2016 a los 100 años.
La princesa Yuriko, conocida por su longevidad y compromiso con la familia imperial, había sido hospitalizada en marzo debido a complicaciones de salud y falleció por causas naturales. Su tumba en Toshimagaoka estará abierta al público en horarios específicos, permitiendo que más personas le rindan homenaje.