Los ganaderos de la frontera norte de México se encuentran en alerta tras la detección de un caso de gusano barrenador en Chiapas, lo que ha provocado que Estados Unidos suspenda de manera inmediata la importación de ganado mexicano.
Este parón en las exportaciones afecta principalmente a Chihuahua, el estado más grande de México y el principal exportador de ganado a EE.UU.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) detectó esta semana la presencia del gusano barrenador, una infestación provocada por las larvas de una mosca que se alimenta del tejido de los animales.
A pesar de que el hallazgo ocurrió en el sur de México, en la frontera con Centroamérica, la medida de EE.UU. afecta directamente a Chihuahua, ya que este estado exporta alrededor de 400,000 cabezas de ganado anualmente, generando más de 1,500 millones de pesos (75 millones de dólares).
Santiago de la Peña, secretario general del Gobierno de Chihuahua, destacó que la situación está generando un fuerte impacto económico y logístico en la región, pues cientos de camiones que transportan ganado han quedado varados en la frontera.
Además, los costos derivados del transporte adicional para evitar la propagación del gusano comienzan a poner en riesgo a los productores.

Para mitigar la propagación del gusano barrenador, los ganaderos en Chihuahua han comenzado a trasladar a sus animales a ranchos más alejados de las posibles rutas de contagio. Sin embargo, esta medida representa un desafío adicional en términos de logística y costos operativos.
De la Peña urgió al Gobierno federal a actuar rápidamente para proteger a uno de los sectores más importantes de la economía del estado, que no solo emplea directamente a miles de personas, sino que también genera empleo indirecto en sectores como transporte y mataderos.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su preocupación por la situación y aseguró que el gobierno está trabajando en coordinación con el Departamento de Agricultura de EE.UU. para resolver el problema lo más pronto posible. Además, mencionó que existen “cinturones de sanidad” para prevenir la contaminación del ganado que proviene de la frontera sur.

Con el cierre de las exportaciones y el aumento de los costos, los ganaderos de Chihuahua temen que esta crisis pueda resultar en despidos masivos y el colapso de pequeñas empresas vinculadas a la actividad ganadera. Ante este panorama, los líderes del sector han exigido la implementación de medidas de apoyo urgente, como subsidios para el transporte del ganado.
La parálisis en las exportaciones de ganado ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la economía regional ante situaciones sanitarias como la del gusano barrenador.
El sector ganadero de Chihuahua, clave para el abastecimiento de carne en los EE.UU., enfrenta ahora una batalla por la supervivencia frente a los costos inesperados y la incertidumbre sobre la resolución de la crisis.