El director canadiense David Cronenberg, ícono del cine y maestro del terror corporal, aseguró en el Festival Internacional de Cine de Marrakech que sus películas giran en torno al amor.
En una charla con el público, Cronenberg destacó que el humor también desempeña un papel clave en su obra, pues considera que “no se puede vivir sin sentido del humor”.
Cronenberg presentó en Cannes su nuevo filme, una exploración sobre el duelo tras la muerte de su esposa en 2017. A pesar de la fría recepción en Cannes, el director defendió su carga emocional y humorística, señalando que el público de Toronto reaccionó más cálidamente.
Cronenberg recordó su infancia en Toronto, donde el cine despertó su curiosidad, y cómo títulos como La strada de Fellini lo impactaron profundamente. Inicialmente inclinado hacia la ciencia, el cine le permitió “inventar su propia ciencia”. Sobre el enfoque corporal de su cine, comentó: “¿Cómo no estar obsesionado con el cuerpo si eres director? Trabajas con él”.
Su debut con Shivers (1975) le valió ser tildado de “depravado y decadente”, etiquetas que considera halagadoras. Con títulos como La mosca y Crash, Cronenberg ha consolidado su legado como un cineasta provocador y complejo.
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