El multimillonario Elon Musk, quien encabezará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en el próximo gobierno de Donald Trump, ha sido identificado como una posible figura clave en las relaciones entre Estados Unidos y China.
Este cargo busca implementar reformas estructurales a gran escala, aunque no esté directamente relacionado con políticas comerciales hacia el gigante asiático.
Musk tiene una larga relación con China, país que considera a Tesla como un modelo de cooperación exitosa entre ambas naciones. Su conexión con el líder chino, Xi Jinping, y el apoyo de China al desarrollo de vehículos eléctricos han consolidado la presencia de Tesla en el mercado asiático.
Analistas sugieren que Musk podría convertirse en un puente estratégico en la política exterior de Trump hacia China, aprovechando sus intereses económicos y visitas previas al país.
El crecimiento de Tesla en China ha sido alabado por Beijing, destacando la importancia de la industria de vehículos eléctricos como eje de cooperación tecnológica y comercial. La empresa se ha convertido en un pilar de la estrategia económica de Musk y un ejemplo de cómo las relaciones bilaterales pueden beneficiarse mutuamente.