La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, marcó un hito al firmar este martes el decreto que publica en 57 lenguas originarias la reforma constitucional que reconoce los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos. Este es un paso significativo en la reforma indígena.
Este acto se realizó en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, destacando la importancia de los pueblos originarios en el país.

La reforma, aprobada en 2023 durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, modifica el artículo 2° constitucional para otorgar a los 68 pueblos indígenas de México el estatus de sujetos de derecho público, lo que les concede personalidad jurídica y patrimonio propio. Esta reforma indígena es fundamental para su reconocimiento y derechos.
Este cambio histórico establece también la obligatoriedad de consultar a estas comunidades en proyectos que impacten sus territorios y declara a México como una nación multiétnica.
En el país, 23 millones de personas se reconocen como indígenas y cerca de 7,4 millones hablan alguna lengua originaria, destacando entre ellas el náhuatl, maya, tzetzal y zapoteco. Este reconocimiento legal busca garantizar sus derechos y fortalecer su identidad cultural a través de la reforma indígena.
Además, Sheinbaum anunció la creación de una Comisión Presidencial para los Planes de Justicia de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos.

Esta comisión dará seguimiento a los planes iniciados durante el mandato de López Obrador, destinados a reparar los daños históricos ocasionados por proyectos extractivos y la falta de atención gubernamental.
Hasta ahora, existen 17 planes de justicia que han beneficiado a 26 pueblos indígenas en 12 estados del país, alcanzando a 420,000 habitantes originarios. Estas iniciativas han requerido una inversión de 27,000 millones de pesos (1,350 millones de dólares), destacando el compromiso del Estado con la inclusión y el desarrollo de las comunidades indígenas y la implementación de la reforma indígena.
Con estas acciones, el gobierno busca saldar deudas históricas y construir un México más incluyente, donde se respete y valore la riqueza cultural y social de los pueblos originarios y afromexicanos.