Foto: Municipio de Oaxaca vía Facebook
La guerra entre Zapotecas y Mixtecos dejó consigo una gran leyenda llena de amor, valentía y sacrificio, la cuál ha sido transmitida de generación en generación. Esta leyenda es considerada una pieza fundamental en la cultura de Oaxaca y actualmente se mantiene viva año tras año a través de su escenificación en las festividades de la Guelaguetza.
La historia toma lugar en Zaachila, antigua capital del pueblo zapoteca, donde nació la princesa Donají, quien creció rodeada de afecto en un contexto de constantes enfrentamientos con los mixtecos. Un día, tras una cruel batalla, Donají encontró herido a Nucano, el príncipe enemigo, al que cuidó con ternura en secreto en su habitación. Durante esos días de convivencia, nació un profundo amor entre los dos jóvenes.
Sin embargo, la guerra no cesó, y los mixtecos se alzaron con la victoria. Como símbolo de paz, exigieron al rey zapoteca que entregara a Donají. Aunque su corazón pertenecía a Nucano, la princesa temía por el bienestar de su pueblo y pidió a su padre que la rescatara. Este intento fracasó y desató la ira de los mixtecos. En un acto de venganza, Donají fue asesinada por dos guerreros mixtecos, sin el conocimiento de Nucano.

Foto: Municipio de Oaxaca vía Facebook
Tiempo después, un pastor descubrió el cuerpo de la princesa junto al río Atoyac. A pesar del tiempo transcurrido, su cuerpo permanecía intacto, con un esplendor casi sobrenatural. De su oreja brotaba un lirio eterno, símbolo del amor que supera al odio y del sacrificio de Donají por proteger a su pueblo.
El príncipe Nucano, profundamente afectado, dedicó el resto de su vida a gobernar con justicia a los zapotecas en memoria de su amada. Al morir, fue enterrado en la iglesia de Cuilapam de Guerrero, junto a los restos de Donají, uniendo simbólicamente sus destinos para siempre.
La historia de Donají vive en el escudo oficial de Oaxaca de Juárez, donde la imagen de la princesa honra su sacrificio y valentía. Su legado también se celebra en uno de los espectáculos más icónicos de las festividades de los Lunes del Cerro, donde el Ballet Folklórico de Oaxaca recrea esta leyenda en un magno evento lleno de música, danza y simbolismo.





Fotos: Municipio de Oaxaca vía Facebook