Imagen vía Facebook Chrystia Freeland
La ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, anunció su renuncia el lunes, citando desacuerdos con el primer ministro Justin Trudeau sobre cómo responder a las políticas económicas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Freeland, quien también fungía como viceprimera ministra, señaló que el país enfrenta un “grave desafío” ante el nacionalismo económico agresivo de Trump y los aranceles del 25% a los productos canadienses importados.
Políticas económicas poco responsables
En su carta de renuncia, Freeland hizo hincapié en la necesidad de mantener la prudencia fiscal y evitar políticas “costosas” que, según ella, Canadá no puede permitirse en el contexto actual, haciendo referencia directa a las propuestas recientes de Trudeau para abordar la crisis del costo de vida:
- el envío de cheques de $250 dólares canadienses a ciudadanos con ingresos menores a $150,000 dólares anuales y
- una exención fiscal temporal en artículos esenciales durante las fiestas.
Según la oficina de Freeland, estas políticas profundizarían el creciente déficit fiscal del país, que ya asciende a $60 mil millones de dólares canadienses, superando las previsiones anteriores.
See my letter to the Prime Minister below // Veuillez trouver ma lettre au Premier ministre ci-dessous pic.twitter.com/NMMMcXUh7A
— Chrystia Freeland (@cafreeland) December 16, 2024
La dimisión en momento político crítico
La dimisión de Freeland ocurre en un momento crítico para el gobierno liberal de Trudeau, que enfrenta una severa caída en popularidad con una tasa de aprobación que ha caído del 63% al 28% desde su llegada al poder, y la salida de una figura clave como Freeland ha incrementado las tensiones dentro de su propio partido.
Horas después del anuncio, cinco parlamentarios liberales pidieron públicamente la renuncia de Trudeau, mientras la oposición conservadora, liderada por Pierre Poilievre, exigió elecciones federales inmediatas.
Dominic LeBlanc, amigo cercano y aliado leal de Trudeau, fue juramentado rápidamente como el nuevo ministro de Finanzas, en un intento por calmar la incertidumbre política. Sin embargo, la renuncia de Freeland, una figura respetada tanto en Canadá como a nivel internacional, ha generado reacciones de preocupación en sectores económicos y el Consejo Empresarial de Canadá calificó la situación como “profundamente preocupante”.
Por su parte, Freeland aseguró que continuará como miembro liberal del parlamento y que se presentará a las próximas elecciones. Su salida, sumada al reciente anuncio del ministro de Vivienda, Sean Fraser, de no buscar la reelección, ha profundizado la percepción de inestabilidad en el gobierno liberal, que ahora enfrenta el reto de mantener su cohesión y liderazgo en un escenario económico y político cada vez más complejo.