Tucson (AZ.), 30 dic (EFE).- La reactivación del muro fronterizo entre EE.UU. y México, prometida por Donald Trump tras asumir su segundo mandato el 20 de enero, ha generado opiniones divididas.
Para sus seguidores, conocidos como “trumpistas”, la construcción del muro es una esperanza de mayor control migratorio, mientras que migrantes, grupos humanitarios y ambientalistas se muestran preocupados por sus consecuencias.
El impacto del muro de Trump
Las 438 millas (689 kilómetros) de muro construidas durante el primer mandato de Trump (2017-2021) fueron vistas de manera distinta: un alivio para algunos y una pesadilla para otros. John Ladd, un ranchero de la frontera de Arizona, afirma que el muro funcionó para frenar el cruce de migrantes y el tráfico de drogas.
Según Ladd, el muro permitió a los agentes de la patrulla fronteriza concentrarse en áreas específicas, en lugar de actuar como “choferes y cuidadores de migrantes”, como sucedió durante la administración de Biden.
Críticas al muro fronterizo
Sin embargo, muchas organizaciones de migrantes y ambientalistas consideran que el muro fue un fracaso. Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, califica la barrera como “un rotundo fracaso” que no detuvo el flujo migratorio y, además, causó tragedias humanas.
“Vimos cómo algunas personas murieron al caer del muro, y otras resultaron gravemente heridas”, lamentó García.
Costo y controversias legales
La construcción del muro, hecha de postes de acero de 30 pies (9 metros) de altura, costó alrededor de 15,000 millones de dólares, aproximadamente 20 millones de dólares por cada milla.
Erick Meza, coordinador del grupo Sierra Club en la frontera, criticó la legalidad de este gasto, señalando que Trump utilizó fondos de manera ilegal, pasando por encima de leyes ambientales que, según él, tuvieron un impacto devastador en la región.
En Arizona, más de la mitad del muro, unas 226 millas (363 kilómetros), se construyeron en terrenos federales, como parques nacionales. En Texas, el gobierno de Trump se vio obligado a expropiar tierras privadas para continuar la construcción.
Tricia Cortez, miembro de la Coalición No Al Muro Fronterizo, explicó que muchos propietarios demandaron al gobierno para evitar que sus tierras fueran tomadas, y lograron frenar algunas expropiaciones.
El futuro del muro
Tanto Meza como Cortez temen que Trump continúe acelerando la construcción del muro durante su segundo mandato. Meza también señaló que las lluvias ya están dañando los cimientos del muro debido a la falta de estudios previos sobre su impacto.
El daño al ecosistema
Para los ambientalistas, el mayor problema del muro es su impacto en la vida silvestre. Meza destacó que el espacio entre los postes del muro es tan pequeño que impide el paso de animales como venados, jabalíes, el borrego cimarrón, el oso negro, el jaguar y el lobo mexicano, especies cruciales para el ecosistema de la región. Además, el cambio climático ha agravado aún más la situación de estas especies.
Aunque la administración de Biden detuvo la construcción del muro en 2021, autorizó algunos proyectos para unir tramos incompletos y reparar áreas dañadas. Defensores del medio ambiente lograron abrir compuertas en ciertos puntos del muro para permitir el cruce de animales.