Redacción América, 8 ene (EFE).- Los presidentes de Panamá, México y Canadá han rechazado las recientes declaraciones expansionistas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Durante una rueda de prensa en Mar-a-Lago, Florida, Trump sugirió el uso de la fuerza para recuperar el control del Canal de Panamá y la isla de Groenlandia. También propuso renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” y arremetió contra México, Canadá y Dinamarca.
Panamá reafirma su soberanía
El canciller panameño, Javier Martínez-Acha, rechazó las afirmaciones de Trump, destacando que la soberanía del Canal de Panamá es “irreversible” y “no negociable”. Reiteró que “las únicas manos que controlan el canal son panameñas”. Estas declaraciones responden a los señalamientos de Trump sobre los peajes y el supuesto control chino del canal. Panamá recordó que el canal es administrado por el país desde 1999, tras el traspaso acordado en los Tratados Torrijos-Carter.
Solidaridad de Costa Rica
En solidaridad con Panamá, la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó una moción que condena las “amenazas intervencionistas” de Trump. El diputado Antonio Ortega calificó las declaraciones como “terriblemente injerencistas” y reafirmó que la soberanía de los países de la región no está en duda.
México responde con ironía
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió con ironía a la propuesta de Trump de cambiar el nombre del Golfo de México. “¿Por qué no le llamamos América mexicana? Se oye bonito, ¿verdad?”, dijo, mostrando un mapa de 1607 que ya registraba el nombre original. También calificó a Trump de “malinformado” y rechazó las amenazas de imponer aranceles al comercio debido a la migración y el tráfico de drogas.
Canadá se opone rotundamente
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, fue claro: “Jamás, pero jamás, Canadá será parte de Estados Unidos”. Otros funcionarios canadienses, como Mélanie Joly y Dominic LeBlanc, calificaron los comentarios de Trump como una falta de entendimiento y una amenaza seria. Pierre Poilievre, líder de la oposición, recordó los sacrificios de Canadá como aliado de Estados Unidos y destacó que el país no se convertirá en “el estado 51”.
Aunque Dinamarca aún no ha respondido oficialmente, las declaraciones de Trump sobre la isla de Groenlandia reviven tensiones pasadas. Durante su primer mandato, Trump intentó comprar la isla, lo que fue rechazado por Dinamarca. La Comisión Europea y países como Alemania y Francia también se opusieron firmemente a las pretensiones de Trump, defendiendo la soberanía de Groenlandia.