Foto: Usuario de Facebook Hector Gv
En lo profundo de los Altos de Chiapas, a solo 30 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, se encuentra Amatenango del Valle, un pintoresco pueblo que resguarda una tradición milenaria: la alfarería. Este arte, heredado de generación en generación por la comunidad Tseltal, es un testimonio vivo de la riqueza cultural de México.
Amatenango del Valle se distingue por ser un lugar donde la tierra y las manos humanas se fusionan para crear piezas únicas llenas de simbolismo. Desde tiempos antiguos, la alfarería era un oficio exclusivo de las mujeres, quienes moldeaban con maestría el barro para dar vida a figuras como jaguares, palomas, armadillos y ollas. Hoy, hombres y mujeres trabajan juntos, transformando este arte en un motor económico y cultural.
Lo que hace especial a la alfarería de Amatenango son sus materiales. La arcilla, extraída de tierras locales, se combina con pigmentos naturales que dan a las piezas una gama de colores terracota cálidos y grises oscuros, gracias al óxido ferroso, un recurso autóctono de la región. Cada obra es un reflejo de la tierra misma, impregnada de su esencia y energía.

Fotos: Usuario de Facebook Eduardo Ramírez
El proceso de creación es tan artesanal como fascinante. Desde la mezcla de materiales hasta el moldeado a mano, cada pieza puede tardar entre ocho y quince días en estar lista. Antiguamente, la cocción se realizaba al aire libre, pero hoy los hornos de leña de baja temperatura permiten perfeccionar este arte ancestral, garantizando la calidad y la durabilidad de las piezas.
Las figuras emblemáticas de la alfarería de Amatenango del Valle, como los majestuosos jaguares y las delicadas palomas, no solo son objetos decorativos, sino también portadoras de la herencia cultural y la conexión profunda de los artesanos con su entorno. Estas creaciones han llevado el nombre del pueblo más allá de las fronteras de Chiapas, siendo un orgullo nacional.
Visitar Amatenango del Valle es una invitación a sumergirse en la magia de México, a admirar la habilidad de sus artesanos y a descubrir cómo una tradición milenaria sigue viva, transformando el barro en verdaderas obras maestras que cuentan la historia de un pueblo y de una nación llena de encanto y cultura.



Foto: Sitio web Visit Chiapas