Foto: Campeche Turismo Mx vía Facebook
Entre los espesos bosques de Campeche se esconde una joya de la historia: Calakmul, la ciudad maya que desafió al tiempo y la selva. No es solo una zona arqueológica; es un portal a un pasado glorioso donde reyes, guerreros y sacerdotes tejieron una de las historias más fascinantes de Mesoamérica.
Desde hace más de 2,000 años, Calakmul brilló como una de las grandes potencias del mundo maya. Sus gobernantes dominaron la región, construyeron majestuosos templos y protagonizaron una épica rivalidad con Tikal, su némesis en lo que hoy es Guatemala. Durante siglos, ambas ciudades compitieron por la supremacía, intercambiando victorias y derrotas hasta que, en el año 695 d.C., Calakmul cayó en declive.
Pero su grandeza nunca se desvaneció por completo. La selva la abrazó con su manto verde, ocultando sus imponentes estructuras hasta que en 1931 el biólogo Cyrus Lundell la redescubrió. Hoy, sigue maravillando al mundo con sus 120 estelas que cuentan la historia de sus gobernantes, y con la Estructura II, una de las pirámides más altas de México, con 55 metros de altura.

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Lo mágico de Calakmul no se limita a sus ruinas. Se encuentra en el corazón de una de las reservas naturales más grandes de América, hogar de jaguares, monos aulladores y una biodiversidad espectacular. Por eso, en 2014, la UNESCO la reconoció como Patrimonio Mixto de la Humanidad, uniendo su riqueza cultural con su impresionante entorno natural.
Caminar por Calakmul es adentrarse en una ciudad donde el tiempo parece haberse detenido. Cada piedra, cada jeroglífico y cada templo cuentan una historia de esplendor, misterio y resiliencia. Aquí, entre el canto de los pájaros y la sombra de la selva, la grandeza maya sigue viva, esperando a ser descubierta.

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