Foto: EFE
En el corazón de Pachuca, Hidalgo, entre montañas y el legado minero que marcó la historia de México, descansa una reliquia única: la momia de Santa Columba, una joven española que, según la tradición, fue mártir del cristianismo en el siglo III. Su cuerpo incorrupto, resguardado en el majestuoso Convento de San Francisco, es testimonio de la riqueza histórica y espiritual que define al país.
A través del cristal de su urna, Santa Columba sigue sorprendiendo a quienes la visitan. Su rostro afilado, sus cejas perfectamente delineadas y su vestimenta intacta parecen desafiar el paso del tiempo. “Realmente es una reliquia valiosa”, describe Sara Montes Romero, cronista de la ciudad.
Un viaje a través de los siglos
La historia de Santa Columba es un relato que entrelaza fe, poder y un viaje transatlántico. Nacida en La Rioja, España, bajo el nombre de Camila, fue perseguida por el emperador romano Lucio Domicio Aureliano, quien ordenó su ejecución tras rechazar casarse con su hijo. Según la leyenda, su fe inquebrantable la llevó al martirio, siendo azotada, encadenada y finalmente decapitada en Sens, Francia, en el año 273.
Su cuerpo, milagrosamente conservado, permaneció en Europa hasta que Pedro Romero de Terreros, uno de los empresarios más influyentes de la Nueva España y fundador del Monte de Piedad, trajo sus restos a México en el siglo XVIII. Desde entonces, ha sido venerada por generaciones de fieles en Hidalgo, convirtiéndose en un símbolo de devoción y un testimonio del legado virreinal que aún se respira en la región.
Un rincón de México donde el pasado sigue vivo
El Convento de San Francisco, donde descansa la santa, es una joya de la arquitectura colonial. Construido entre los siglos XVI y XVII, este recinto con detalles barrocos y capillas llenas de historia es una de las construcciones más emblemáticas de Pachuca. Allí, entre peregrinos y curiosos, Santa Columba sigue recibiendo visitas de quienes buscan un momento de fe o simplemente desean admirar uno de los tantos tesoros que México resguarda en su vasto patrimonio cultural.
EFE