Imagen vía web Gobierno de México
La tribu kikapú es un grupo indígena con asentamientos en Estados Unidos, específicamente en Oklahoma y Kansas. Sin embargo, consideran su territorio en Coahuila, México, como un santuario especial donde practican sus rituales ancestrales y refuerzan su identidad cultural.
Se llaman a sí mismos kikaapoa, que significa “los que andan por la tierra”, aunque algunos autores lo derivan de ki wika pa wa que significa “el que está alrededor” o “el que se mueve, aquí o allá”.
Históricamente, los kikapús habitaban el sur de Wisconsin en el siglo XVII. Más tarde, se desplazaron al oeste del Lago Erie y, en 1730, se dividieron en dos grupos: la banda Bermellón en Indiana y la banda de las Praderas en Illinois. Su migración los llevó a solicitar asilo en México junto con los seminoles y los mascogos, logrando un Acuerdo de Colonización con el gobierno mexicano el 25 de octubre de 1850, a cambio de proteger la frontera de los ataques comanches.
Gracias a su doble nacionalidad, los kikapús pueden transitar libremente entre ambos países, lo que les ha permitido establecer negocios y preservar su autonomía. Son sumamente celosos de sus creencias y costumbres, realizando ceremonias de cacería, rituales de purificación y celebraciones de Año Nuevo. Sus rezos están dirigidos a Kitzihaiata, el Gran Fuego, deidad que, según su cosmovisión, les enseñó a construir sus viviendas y que, tras la muerte, los guía hacia una eternidad cazando venados a su lado.
A diferencia de otras comunidades indígenas, los kikapús no se consideran un atractivo turístico y prefieren evitar visitas externas. Su cultura y tradiciones se transmiten de generación en generación, manteniendo vivo su legado sin la intervención de foráneos.