Imagen vía X Gobierno de Jalisco
En los municipios de Talpa de Allende, Mascota y San Sebastián del Oeste se disputan el corazón (y el sabor) del tradicional postre tapatío rollo de guayaba.
La gastronomía de Jalisco va más allá de las tortas ahogadas, el tequila y los tamales; también se endulza con joyas típicas como el rollo de guayaba, un postre tradicional que forma parte de la cultura culinaria del estado y que tiene su origen en los municipios serranos de la región Costa-Sierra Occidental.
¿Qué es el rollo de guayaba?
De muchas presentaciones y versiones, este dulce se elabora con guayaba natural y azúcar, y forma más tradicional tiene forma cilíndrica, una textura suave similar al ate y una capa brillante de azúcar por fuera. Hay quienes lo acompañan con cajeta o lo rellenan con nuez, logrando una combinación irresistible.
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Su consistencia, aroma y sabor lo hacen perfecto como postre o antojo, ya sea en bocadillos individuales o en rollos grandes que se pueden cortar en rebanadas.
¿Dónde se hacen los mejores?
Este típico dulce jalisciense se puede encontrar en los municipios de Mascota, San Sebastián del Oeste y sobre todo Talpa de Allende, que son famosos por su producción artesanal para después distribuirlos por el resto del estado, incluyendo el Área Metropolitana de Guadalajara, donde se venden en dulcerías típicas.
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A diferencia de la cajeta de Sayula, que es más complicada de encontrar fuera de los mercados tradicionales, el rollo de guayaba es más accesible y ampliamente distribuido.
¿Cómo se elabora?
La receta tradicional inicia con una variedad especial de guayaba, menos acuosa, para ser hervida y posteriormente colada hasta obtener una pulpa espesa. Luego se mezcla con jugo de limón y azúcar, cocinándose a fuego alto hasta lograr una pasta densa.
Una vez lista, se extiende sobre una superficie plana, se deja reposar toda la noche y al día siguiente se enrolla cuidadosamente para darle su forma característica.
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Aunque varios estados reclaman su origen, las versiones más conocidas aseguran que el rollo de guayaba nació en Talpa de Allende hace más de 70 años, como una forma de aprovechar la abundancia de guayabas de la región. Desde entonces, este dulce se ha convertido en un emblema que acompaña ferias, peregrinaciones y sobremesas familiares.
Y como muchos sabores de nuestra tierra, el rollo de guayaba no sólo endulza el paladar, también despierta recuerdos. De esas visitas a los Pueblos Mágicos, de las compras en el mercado, del viaje en carretera con una bolsita de dulces típicos a la mano.