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Una semana después del trágico derrumbe del techo de la discoteca Jet Set en Santo Domingo, que dejó 231 fallecidos y más de 180 heridos, la consternación persiste entre la población dominicana. El lugar del siniestro se ha convertido en un espacio de duelo y homenaje, donde ciudadanos colocan flores, velas y mensajes en memoria de las víctimas.
“Negligencia” es la palabra más repetida entre quienes exigen justicia. Familiares, amigos y personas solidarias acuden diariamente al sitio para rendir tributo. Entre los fallecidos se encontraba el reconocido merenguero Rubby Pérez, lo que ha intensificado el dolor y la atención mediática.
Marlon Echevarría, quien perdió a dos amigos, relata que ya se reportaban señales de deterioro en el techo semanas antes del colapso. Él, como muchos otros, exige una investigación rigurosa. Algunos familiares de víctimas ya han interpuesto querellas contra los propietarios del establecimiento, incluyendo a Antonio Espaillat y su madre, así como contra el Estado y la Alcaldía.
Las autoridades han iniciado investigaciones técnicas y legales. La Oficina Nacional de Evaluación Sísmica estima que en tres meses se conocerán los resultados del peritaje. El presidente Luis Abinader reconoció vacíos legales en la supervisión de construcciones privadas y anunció la creación de un proyecto de ley para evitar tragedias similares.
EFE