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El presidente Donald Trump firmó este martes una orden ejecutiva con el objetivo de reducir el precio de los medicamentos en Estados Unidos, acelerar la aprobación de genéricos y hacer más eficiente el programa Medicare, con algunas concesiones al sector farmacéutico.
Trump pidió al secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., trabajar con el Congreso para reformar el sistema de negociación de precios de medicamentos del plan público Medicare. Este mecanismo fue aprobado en 2022 como parte de la Ley de Reducción de la Inflación, y ha sido duramente criticado por la industria farmacéutica.
En particular, las farmacéuticas cuestionan lo que llaman la “penalización de la pastilla”, que limita el precio de ciertos medicamentos durante varios años tras su aprobación. Según Trump, esta regla frena la innovación, ya que desincentiva la inversión en medicamentos más accesibles y dirigidos a grandes poblaciones, conocidos como fármacos de molécula pequeña.
Medicamentos más accesibles: insulina, epinefrina y más
El presidente también ordenó evaluar medidas para que medicamentos como la insulina y la epinefrina sean más accesibles para personas con bajos ingresos o sin seguro médico. Asimismo, busca:
- Acelerar la aprobación de medicamentos genéricos
- Permitir la venta libre de algunos fármacos con receta
- Revisar el papel de intermediarios en la cadena farmacéutica
- Facilitar la importación de medicinas a bajo costo
¿Y los aranceles?
Esta orden llega justo cuando se espera que Trump anuncie nuevos aranceles para la industria farmacéutica, que hasta ahora había estado exenta en su guerra comercial. A la vez, instruyó a Kennedy Jr. a trabajar con los departamentos de Justicia, Comercio y la Comisión Federal de Comercio para frenar prácticas anticompetitivas de los grandes laboratorios.
La iniciativa busca mejorar la imagen del expresidente entre votantes mayores y sectores que dependen de Medicare, en momentos clave del calendario electoral. A pesar de su tono general, la orden ofrece ciertas concesiones a las farmacéuticas, lo que ha generado críticas tanto de defensores del consumidor como de analistas del sector salud.
EFE