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Un tiroteo registrado este jueves en la Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee, dejó dos personas muertas y siete heridas, según informaron las autoridades locales. El presunto tirador fue identificado como Phoenix Ikner, un estudiante de 20 años e hijo de una alguacil del condado de León.
El ataque ocurrió poco después del mediodía, lo que activó una alerta de “tirador activo” en el campus, donde estudian más de 40,000 personas. Las autoridades declararon la zona segura unas tres horas después del suceso. Las víctimas mortales no eran estudiantes, y entre los heridos se encuentra el propio tirador, quien permanece hospitalizado.
Ikner habría accedido a un arma previamente usada por su madre en funciones policiales. Según el sheriff del condado, Walt McNeil, el joven pertenecía al Consejo Asesor Juvenil de la oficina del alguacil. El jefe de policía de Tallahassee, Lawrence Revell, confirmó que al menos una de las armas halladas fue adquirida por la madre durante su servicio.
McNeil calificó el hecho como “trágico” y aseguró que se tomarán medidas para enviar un mensaje claro de cero tolerancia a este tipo de violencia.
En redes sociales circularon imágenes del operativo policial, y estudiantes narraron momentos de tensión mientras eran evacuados. Las escuelas del condado de León fueron cerradas como medida preventiva.
Desde Washington, el presidente Donald Trump calificó el tiroteo como “una vergüenza”, mientras que el gobernador Ron DeSantis expresó su apoyo a las víctimas. El presidente de la Cámara de Representantes de Florida, Daniel Pérez, lamentó el incidente como “la peor pesadilla de cualquier padre”.
EFE