Imagen vía web Pueblos Mágicos
En el corazón de la región Valles de Jalisco, en uno de los pueblos mágicos más populares del estado se encuentra el volcán dormido de Tequila, inactivo desde hace más de 22 mil años.
Con una altura de 2,900 metros sobre el mar dejó cicatrices convertidas en historia en su última erupción, y hoy, este coloso rodeado de agaves azules, ruinas arqueológicas y bosque ofrece una experiencia única a quienes se atreven a escalar sus laderas.
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Una subida hacia los cielos
El ascenso al volcán Tequila inicia al amanecer, generalmente antes de las 7:00 am, y toma entre 4 y 5 horas de subida y de 2 a 3 horas de descenso, dependiendo de la ruta y condición física. En total son 5 kilómetros cuesta arriba de terreno rocoso y tramos empinados, por lo que se recomienda preparación física y contratar guías certificados.
Más allá de su belleza natural, el volcán Tequila posee un profundo significado espiritual. Como otros grandes volcanes del mundo, fue considerado un sitio sagrado por las civilizaciones del occidente mesoamericano.
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Se han identificado más de 32 antiguos asentamientos en sus faldas, habitados por hasta 40 mil personas hace más de dos mil años. En su cosmovisión, el volcán era un eje del universo: el inframundo en su cámara magmática, la tierra fértil en sus laderas, y el cielo en su cima.
Hoy, visitar el volcán Tequila es más que una caminata: es una inmersión en la historia sagrada de la región, un encuentro con la fuerza de la naturaleza, y una manera de reconectar con lo más profundo de nuestras raíces.