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Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha impulsado una frenética actividad normativa que abarca desde temas migratorios y energéticos hasta decisiones más inusuales, como la presión del agua de la ducha o las pajitas de plástico.
El mismo día de su investidura, Trump ordenó izar las banderas a toda asta, revocando la orden de duelo emitida por Joe Biden por el fallecimiento de Jimmy Carter. Además, impulsó el cambio de nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, celebrando el 9 de febrero como su día oficial.
En materia ambiental, Trump eliminó las restricciones al uso de agua en duchas, defendiendo la necesidad de “duchas geniales” para cuidar su cabello. También revocó la prohibición de pajitas de plástico, argumentando que las de papel son menos funcionales y más contaminantes.
El mandatario anunció la eliminación de la producción de centavos de dólar para reducir gastos, una medida promovida bajo la supervisión de Elon Musk en el Departamento de Eficiencia Gubernamental.
En el ámbito social, Trump creó la Comisión Presidencial para hacer a Estados Unidos “saludable de nuevo”, priorizando alimentos locales y saludables, y abrió una iniciativa para transformar Washington D.C. en un “distrito limpio, seguro y hermoso”.
Finalmente, firmó una orden para “restaurar la cordura en la historia estadounidense”, buscando frenar lo que calificó como “adoctrinamiento ideológico” en instituciones como el Smithsonian.
Estas medidas reflejan el estilo distintivo de Trump: directo, polémico y enfocado en restaurar lo que considera la “grandeza” de Estados Unidos.
EFE