Imagen vía X Vatican News
La elección de residencia del papa León XIV ha despertado gran expectativa entre fieles y analistas. A sus 69 años, el misionero estadounidense enfrenta una de las primeras decisiones simbólicas de su pontificado: ¿optará por el tradicional Palacio Apostólico o seguirá el camino de la sencillez eligiendo la Casa de Santa Marta, como lo hizo su antecesor?
Aunque podría parecer un detalle menor, esta elección tiene un gran peso simbólico: refleja el tipo de liderazgo que León XIV busca ejercer y su visión de la Iglesia en el mundo actual.
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Santa Marta: un hogar sencillo con profundo significado
La Casa de Santa Marta, construida en 1996 por Juan Pablo II, fue concebida como hospedaje temporal para cardenales durante los cónclaves, pero en 2013 el papa Francisco rompió con siglos de tradición al hacerla su residencia permanente, dejando atrás los lujos del Palacio Apostólico. “Estoy acostumbrado a vivir en comunidad”, declaró entonces, consolidando su imagen de cercanía y humildad.
Este edificio de cuatro pisos, con 129 habitaciones, ha sido también un espacio solidario. Durante la epidemia de cólera de 1881, funcionó como hospital, y en la Segunda Guerra Mundial, el Vaticano lo usó para resguardar a judíos perseguidos. Así, Santa Marta representa mucho más que comodidad; es símbolo de servicio y hospitalidad.
El Palacio Apostólico: tradición y autoridad
En contraste, el Palacio Apostólico, con más de 1,000 habitaciones, museos, oficinas, capillas y balcones que se asoman a la Plaza de San Pedro, representa el peso histórico y la solemnidad del papado. Aunque el papa Francisco continuó usando sus instalaciones para actos oficiales, nunca vivió ahí.
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Por siglos, ha sido la residencia oficial de los pontífices y centro del poder eclesiástico, un símbolo de continuidad con las estructuras tradicionales de la Iglesia.
La decisión de León XIV marcará un precedente sobre el tipo de papado que quiere ejercer: uno de cercanía y sencillez o uno de solemnidad institucional. Por ahora, el Vaticano no ha confirmado cuál será su elección, pero esta decisión, aparentemente personal, enviará un mensaje claro al mundo sobre su visión pastoral.