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Cada 20 de mayo se conmemora el Día Mundial de las Abejas, y este 2025, el lema resalta su papel vital en la biodiversidad y nuestra alimentación. Establecida por la ONU en honor al natalicio del apicultor esloveno Anton Janša, la fecha busca concienciar sobre la alarmante disminución de polinizadores como las abejas, mariposas, colibríes y murciélagos.
Una abeja puede polinizar cientos de miles de flores al día, y sin ellas, cultivos como manzanas, almendras o café podrían desaparecer. Hoy, unas 16 especies están en peligro crítico, como la abeja gigante de Wallace o la abeja canaria. ¿El enemigo? La pérdida de hábitat, pesticidas, enfermedades y el cambio climático.
Los apicultores son héroes anónimos. Cuidan colmenas, producen miel y ayudan a conservar los ecosistemas. En Eslovenia, incluso son parte del patrimonio cultural.
Para ayudar a estas grandes polinizadoras es importante plantar flores nativas, evitar pesticidas, colocar agua para abejas y apoya a productores locales. Este día no solo celebra a las abejas, sino a todos los que trabajan para protegerlas.