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Una jueza federal de Boston, Allison D. Burroughs, suspendió temporalmente la decisión del presidente Donald Trump de prohibir a la Universidad de Harvard matricular estudiantes extranjeros, quienes representan una cuarta parte de su alumnado.
La medida responde a una moción urgente de Harvard que denunció un “daño inmediato e irreparable” ante la anulación de su permiso para acoger alumnos internacionales. La orden entra en vigor de forma inmediata y se mantendrá, al menos, hasta la audiencia fijada para el 27 de mayo.
El Gobierno revocó la certificación de Harvard bajo el argumento de que su programa para estudiantes extranjeros no cumple con requisitos federales, obligando a los alumnos a cambiar de universidad o perder su estatus migratorio. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, firmó la carta con el anuncio.
Trump, al ser cuestionado, calificó de “ridículo” el financiamiento recibido por Harvard y acusó a sus estudiantes de ser “antisemitas” y de carecer de habilidades básicas.
Esta nueva disputa se suma a una demanda anterior presentada por Harvard para recuperar fondos federales congelados por la Administración republicana, en el marco de una campaña que acusa a ciertas universidades de promover discriminación ideológica y antisemitismo.
EFE