Imagen vía web México Desconocido
En el corazón del desierto chihuahuense, entre las fronteras de Durango, Chihuahua y Coahuila, se extiende un lugar rodeado de misterio y leyendas conocido como la Zona del Silencio, que ha alimentado mitos, teorías conspirativas y fenómenos inexplicables desde hace más de cinco décadas.
Cubierta por densos nubarrones y envuelta en un silencio inquietante en Bolsón de Mapimí, la Zona del Silencio ha sido descrita como un punto donde las ondas de radio se apagan, las brújulas fallan y el tiempo parece suspenderse, mientras que, en la noche, el cielo se ilumina con estrellas fugaces y relámpagos que apenas delinean las montañas en el silencio absoluto se apodera del desierto.
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Millones de años atrás este terreno fue parte del antiguo Mar de Thetis, que explica la gran cantidad de fósiles marinos hallados en la región. El desierto chihuahuense adquirió su forma actual hace aproximadamente un millón de años, tras importantes transformaciones geológicas.
El incidente que lo cambió todo
Fue en 1970 cuando un cohete de la NASA nombrado Athena, se desvió de su trayectoria y cayó en esta zona remota. Inmediatamente incidente atrajo a científicos estadounidenses, que trabajaron durante semanas para recuperar el artefacto, pero fue el secretismo en torno a la operación que despertó varias sospechas: se instaló una vía férrea temporal, se retiraron toneladas de tierra, presuntamente contaminada, bajo una estricta vigilancia
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Tras este evento, un lugareño afirmó haber encontrado una zona donde las radios simplemente dejaban de funcionar y pronto surgió la teoría de un posible “cono magnético” en la atmósfera que afectaba las comunicaciones. A esto se sumaron otros elementos inusuales: altas concentraciones de aerolitos, nopales morados, fósiles marinos y una tortuga del desierto endémica.
Con el tiempo, los rumores se salieron de control: hay quienes aseguran que extraterrestres aterrizan en la zona, o que las personas no pueden ni siquiera escucharse hablar dentro del área.
Lo cierto es que la Zona del Silencio sigue siendo un lugar enigmático, pese a que no hay evidencia científica concluyente que respalde sus mitos, la mezcla de fenómenos geológicos, el legado del accidente de la NASA y la biodiversidad única del sitio, convirtieron este rincón del desierto mexicano en una leyenda moderna que fascina a curiosos, científicos y aventureros por igual.