Foto: EFE
El cohete Starship de SpaceX, proyecto clave de Elon Musk para llevar humanos a Marte, alcanzó la órbita terrestre este martes, pero sufrió una desintegración durante su reentrada en la atmósfera y cayó en el Océano Índico. El vuelo fue el noveno intento de prueba y el más exitoso hasta la fecha, aunque no logró cumplir todos sus objetivos.
El despegue, desde la base Starbase en Texas, se produjo sin contratiempos a las 19:37 horas locales. El cohete, de 121 metros de altura, logró la separación del propulsor Super Heavy, lo que ya representó un avance frente a pruebas anteriores que terminaron en explosiones.
Sin embargo, SpaceX perdió contacto con la nave cerca de las 20:32, tras detectar una fuga de combustible que provocó pérdida de presión y fallos en su orientación. También falló la apertura de una compuerta destinada a desplegar satélites simulados de Starlink.
A pesar del desenlace, Musk celebró los progresos y anunció que los próximos tres vuelos ocurrirán cada 3 o 4 semanas. La FAA confirmó el incidente pero descartó daños. Starship sigue siendo central en los planes de Musk para la exploración y colonización de Marte.
EFE