Imagen vía web Gobierno de Jalisco
El municipio jalisciense de Atotonilco el Alto cuenta con una rica historia que se remonta a 1528, con la fundación del monarca purépecha Tzintzincha Caltzonzin, cuando por cumplimiento de una promesa hecha a su dios al ver sanada a su hija gracias a las aguas termales del manantial Ojo Caliente, levantó el poblado.
Dos años después, en julio de 1530, cuando Nuño de Guzmán conquistó la región, el lugar ha florecido rodeado de naturaleza, con huertas frutales, manantiales y presas que invitan a practicar deportes acuáticos, lo que le ha valido el título de “Jardín de Jalisco”.
Arquitectura religiosa e histórica que evoca memorias
Uno de sus principales atractivos es el templo parroquial de San Miguel Arcángel, cuya portada barroca fue diseñada por el renombrado arquitecto italiano Adamo Boari, quien también proyectó el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.
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Entre sus edificaciones históricas destacan la Capilla del Calvario, el convento con pinturas anónimas de gran valor, la antigua ermita y una casa colonial de 250 años.
Atotonilco, un escape de la vida citadina
Para los visitantes, Atotonilco el Alto ofrece varios espacios recreativos como el balneario Los Chorritos, ideal para la temporada de calor; el parque Tarethán, el parque municipal Los Sabinos, y el balneario El Tobogán. También se puede disfrutar de maravillosas vistas panorámicas en los miradores “La Cofradía”, “La Cuesta de Arandas” y el del libramiento Ayotlán.
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Otros puntos de interés son la exhacienda de Milpillas, la plaza de armas y el Jardín Hidalgo. Además, el municipio cuenta con opciones de entretenimiento como La Terraza Portofino y el Casino Fiesta Atotonilco, así como seis hoteles y paradores que brindan servicios de hospedaje.