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Este miércoles, México encendió el reloj de cuenta regresiva para la Copa Mundial de Fútbol 2026, que arrancará el 11 de junio con un partido inaugural en el Estadio Azteca, donde México enfrentará a un rival aún por definirse en el sorteo de diciembre. Será la tercera vez que el país albergue un Mundial, un récord sin precedentes.
El mítico Estadio Azteca —testigo de los triunfos de Pelé en 1970 y Maradona en 1986— recibirá una profunda renovación con una inversión cercana a los 100 millones de dólares. A sus 60 años, presumirá mejoras como nueva cancha híbrida, internet de alta velocidad y mejores accesos, sin perder su esencia.
Guadalajara y Monterrey también se preparan. El Estadio de las Chivas recibirá cuatro partidos y rendirá homenaje a Pelé con una estatua, mientras que en Monterrey, el moderno estadio inaugurado en 2015 sufrirá ajustes mínimos. Las autoridades locales buscan que el legado del Mundial beneficie a todos los municipios de Nuevo León.
Además del fútbol, la meta es impulsar el turismo. “México será hogar para quienes no vayan a Estados Unidos”, dijo Iñigo Riestra, secretario de la FMF. Las tres sedes ya promueven destinos como Cancún, Los Cabos y San Luis Potosí.
A un año del inicio, México apuesta por un Mundial seguro, vibrante y humano. Aunque soñar con el quinto partido es ambicioso, celebrar la pasión por el fútbol como solo los mexicanos saben hacerlo es una meta ya en marcha.
EFE