Foto: EFE
El centro de reclusión para migrantes, Alligator Alcatraz fue inaugurado este martes por el presidente Donald Trump pero las políticas antiinmigrantes que llevaron a su construcción comparten preocupantes similitudes a las que llevaron a construir La Ciudad de las Carpas en Arizona, desmantelado en 2017.
Linda Black, activista de Arizona, comenta que por años se ha luchado por erradicar políticas que perjudican la vida de las personas migrantes en el estado, y que ahora observa como esas políticas han tomado fuerza en todo el país bajo el mandato de Trump.
¿Qué fue La Ciudad de las Carpas?
El centro antiinmigrantes, abierto en 1993 por el entonces alguacil Joe Arpaio, fue utilizado como “un arma política, para tener publicidad y demostrar qué tan duro era con los detenidos y los migrantes”, dijo Black.
Las condiciones en que se vivía dentro de este centro, eran atroces. En las grandes carpas, parecidas a las del ejército, solo habían camas donde los presos sufrían tanto por las temperaturas extremas por el sol del desierto, como por las heladas en invierno. El lugar albergaba hasta 2,000 detenidos, obligados a vestir uniformes de rayas blancas y negras y ropa interior rosada.
Arpaio incluso vendía calzoncillos rosados autografiados y enfrentó demandas tras admitir que los presos comían embutido enmohecido. Cuando se le exigió servir comida nutritiva, respondió eliminando la sal de los alimentos, obligando a los reos a comprarla si querían mejorar el sabor.
Las similitudes entre ambos centros
Al igual que Arpaio, Trump ha utilizado el endurecimiento de las políticas migratorias como una herramienta de campaña. Alligator Alcatraz, con capacidad para 5,000 migrantes, fue construido en apenas dos semanas, en un humedal protegido en Florida. Críticos señalan que, más allá de su supuesta utilidad, el centro parece diseñado para humillar, castigar y generar miedo.
Vicki Gaubeca, de Human Rights Watch, advierte que “estas prácticas de encarcelamiento son crueles y una clara violación a los derechos civiles y humanos”.
EFE