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Este jueves el Congreso de Estados Unidos aprobó a contrarreloj el plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, después haber presionado a los legisladores republicanos para dar el visto bueno para antes del 4 de julio, el Día de la Independencia del país.
Con 218 votos a favor y 14 en contra, la Cámara Baja le concedió su autorización final, pues los conservadores tienen el control de ese hemiciclo, pero solo podían permitirse tres bajas para que ese megaproyecto de ley llegara a buen puerto.
Votación tensa y liderazgo dividido
El proyecto se aprobó con solo dos deserciones republicanas: Thomas Massie (Kentucky) y Brian Fitzpatrick (Pensilvania), quienes expresaron preocupaciones sobre el impacto del plan en la deuda nacional y el medio ambiente. Mientras que, del lado demócrata, el intento de frenar el proceso quedó plasmado en el récord de 8 horas y 45 minutos de discurso del líder de la minoría, Hakeem Jeffries.
El presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, celebró el resultado entre aplausos y cánticos de “U.S.A.” de la bancada republicana, asegurando que el proyecto traerá alivio a los trabajadores estadounidenses.
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Claves del megaproyecto fiscal
- Hace permanentes los recortes fiscales aprobados por Trump en 2017.
- Reduce en 1 billón de dólares la financiación de programas como Medicaid y SNAP.
- Incluye 170 mil millones de dólares en políticas migratorias, como nuevas plazas para agentes, centros de detención y vigilancia con inteligencia artificial.
- Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el plan reducirá los ingresos fiscales federales en 4 a 5 billones de dólares en 10 años.
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La Casa Blanca atribuyó directamente a Trump el éxito del plan, al señalarlo como la “fuerza omnipresente” detrás de su aprobación. Sin embargo, el proyecto también fue el detonante de su ruptura con Elon Musk, quien calificó la ley como un “suicidio político” para el partido republicano.
Pese a las advertencias, Trump insiste en que el paquete impulsará a EE.UU. “como un cohete”.