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Los aranceles impulsados por la Administración Trump al café importado generan alarma en Latinoamérica. A partir del 1 de agosto, entrará en vigor un gravamen del 50 % sobre el café brasileño, el mayor productor y exportador del mundo. Esto podría reconfigurar el mercado global del grano, afectar precios y cambiar hábitos de consumo en EE.UU., donde la libra ya supera los 8 dólares.
Brasil, el más golpeado
Brasil exportó más de 2.000 millones de dólares en café a EE.UU. en 2024. La Asociación Brasileña de la Industria del Café (ABIC) advirtió sobre efectos “extremadamente negativos” a lo largo de toda la cadena productiva. El gobierno brasileño busca que el café sea considerado “recurso natural no disponible” para evitar los aranceles.
México y Colombia: incertidumbre y temor
México, con exportaciones por 348 millones de dólares en 2024, enfrentaría un arancel del 30 %. Productores de Chiapas, Oaxaca y Veracruz temen una caída de precios internos. En Colombia, segundo exportador hacia EE.UU., un impuesto del 10 % amenaza un mercado clave de 1.400 millones de dólares. “Si se nos impone un arancel distinto, quedamos fuera”, advirtió Asoexport.
Perú, Honduras y Guatemala: cautela y oportunidades
Perú, también con arancel del 10 %, busca crecer en mercados como Chile, donde las exportaciones aumentaron 90 %. Honduras, con 430 millones exportados a EE.UU. en 2024, ve riesgos para el consumidor final, pero también una oportunidad para ganar terreno si actúa rápido. Guatemala, aunque fuera del top 10 de productores, fue el quinto mayor exportador al mercado estadounidense.
¿Un nuevo mapa cafetero?
La “guerra arancelaria del café” podría reordenar la geografía del grano en América Latina. Varios países buscan renegociar antes del 1 de agosto, mientras apuntan hacia Asia y Europa para reducir la dependencia de EE.UU.
EFE