¿Sabías que Cuautla, uno de los municipios de Jalisco, cuenta con uno de los índices más altos de migración hacia Estados Unidos? En casi la mitad de las viviendas del municipio, al menos un familiar reside “del otro lado” de la frontera. A pesar de la distancia, muchos migrantes continúan apoyando a sus familias mediante remesas, que son fundamentales para la economía local. Estas remesas no solo ayudan a cubrir necesidades básicas, sino que también financian mejoras en la infraestructura del pueblo y en proyectos comunitarios, fortaleciendo los lazos entre quienes se han quedado y quienes han migrado.
Cada año, algunos migrantes hacen el esfuerzo de regresar para una ocasión especial: la fiesta de Santiago Apóstol, el patrono de Cuautla, que se celebra a finales de julio. Este evento no solo es una celebración religiosa, sino también un momento de reunión familiar y comunitaria. Aunque muchos migrantes no pueden regresar con frecuencia, aquellos que lo hacen, suelen hacerlo durante esta festividad, reforzando así su conexión con su tierra natal.




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El festejo comienza el 16 de julio, con un novenario en el que la imagen de Santiago Apóstol es trasladada fuera del templo para recibir a los peregrinos. La festividad culmina el 26 de julio con una gran peregrinación, encabezada por la imagen del santo, en la que participa toda la comunidad. Durante los días de celebración, se pueden ver desfiles con carros alegóricos que representan pasajes bíblicos, serenatas nocturnas y un espectáculo de fuegos artificiales.
La fiesta de Santiago Apóstol es la más importante del año en Cuautla, no solo por su relevancia religiosa, sino también porque se convierte en un punto de reunión para las familias divididas por la migración. Es un momento en el que, a través de la fe y las tradiciones, los habitantes mantienen vivos sus vínculos con el pueblo y con sus seres queridos, demostrando cómo la cultura y la espiritualidad pueden superar cualquier distancia.