Foto: Sitio web Gobierno de México
El cangrejo azul (Cardisoma guanhumi) es uno de los crustáceos más emblemáticos de los manglares y costas del Golfo de México. De gran tamaño y colores que van del gris al azul intenso, puede llegar a pesar hasta un kilo y lucir una impresionante tenaza de 12 cm. Habita principalmente en Veracruz y Tabasco, donde es apreciado tanto por su valor gastronómico como por su papel en el ecosistema.
Un arquitecto de los manglares
Este cangrejo semi-terrestre cumple funciones vitales: excava madrigueras que oxigenan el suelo y ayudan a la descomposición de materia orgánica, beneficiando a plantas y animales. Su ciclo reproductivo es fascinante: durante las noches de luna llena, entre junio y septiembre, realiza migraciones masivas hacia el mar para liberar larvas, un espectáculo natural cada vez más difícil de presenciar.
Una especie amenazada
En zonas como Alvarado, Veracruz, su población ha disminuido drásticamente. La sobreexplotación, el crecimiento urbano sin control y la destrucción de manglares han reducido sus hábitats. Ambientalistas como Sergio Armando González, de Earth Mission, denuncian que en esta temporada prácticamente no se han visto hembras desovando, lo que podría poner en jaque la supervivencia local de la especie.
Entre la tradición y la extinción
Aunque en Veracruz existe regulación para su captura, en Tabasco la pesca sigue sin restricciones. El precio del kilo ha alcanzado hasta 500 pesos, lo que incentiva su extracción indiscriminada, incluso fuera de temporada. Brigadas ciudadanas han intentado ayudarlos a cruzar las carreteras hacia el mar, pero la presión humana y la falta de acción oficial amenazan con borrar para siempre este símbolo costero.
EFE