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La cadena de restaurantes Cracker Barrel presentó esta semana un logo renovado, pero apenas unos días después decidió regresar a su diseño original tras fuertes críticas de clientes y la presión directa del presidente Donald Trump.
El mandatario escribió en Truth Social que la compañía debía “volver al antiguo logo” y “admitir que fue un error”. Ocho horas después, la empresa confirmó la marcha atrás, un hecho que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó en redes sociales.
Escuchamos a nuestros invitados y agradecemos su amor por Cracker Barrel. Nuestro nuevo logo desaparecerá y el ‘Old Timer’ permanecerá”, señaló la compañía en un comunicado.
El rediseño eliminaba el icónico barril, la figura masculina apoyada en él y la frase “Old Country Store”, aunque mantenía los colores y tipografía tradicionales. Sin embargo, el cambio no convenció y las acciones cayeron un 7 % en los mercados.
Fundada en 1969 en Tennessee, Cracker Barrel cuenta con más de 600 locales en EE.UU., famosos por su estética sureña y decoración rústica. El episodio refleja cómo la marca, cercana a un público conservador, evitó un giro que algunos críticos consideraron un movimiento “woke”.
EFE