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Un informe de la asociación No Kid Hungry reveló este jueves que al menos una de cada tres familias latinas en Estados Unidos enfrentó problemas para alimentar a sus hijos durante el verano, cuando no contaban con las comidas escolares. Según la encuesta aplicada a más de 1.200 padres, casi la mitad aseguró que sus hijos podrían pasar hambre algunos días sin estos programas.
Inflación y pérdida de empleos
El 66 % de los encuestados señaló que el principal obstáculo fue el aumento generalizado de precios, mientras que más de la mitad afirmó que la inflación afectó la compra de alimentos. Además, un 25 % perdió su empleo en el último año y cuatro de cada diez reconocieron que su situación financiera empeoró.
Consecuencias en el aprendizaje
Las familias advirtieron que la falta de alimentación repercute en el rendimiento académico: los niños presentan irritación, discusiones y menor capacidad de concentración. Tres de cada cinco padres añadieron que las comidas escolares motivan a sus hijos a asistir con regularidad a clases, ya que representan tanto un apoyo nutricional como un espacio de convivencia.
EFE