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Este 1 de octubre, Julie Andrews celebra sus 90 años, consolidándose como una de las actrices y cantantes más queridas de Hollywood. Con su inconfundible acento, su dulce melodía y su aire juvenil, Andrews ha dejado una huella imborrable en el cine musical y familiar, combinando talento, humor y elegancia.
De Londres a Broadway
Nacida en Surrey en 1935, Andrews mostró desde niña un talento extraordinario para el canto, con un rango de cuatro octavas. Comenzó su carrera en el music hall y en la BBC antes de brillar en Broadway como la Eliza Doolittle original en My Fair Lady y en The Boy Friend, ganándose el reconocimiento por su impecable dicción y musicalidad.
Estrellas de cine: Mary Poppins y La novicia rebelde
En 1964, Andrews saltó al cine con Mary Poppins, papel que le valió un Oscar y la convirtió en un ícono mundial. Al año siguiente protagonizó La novicia rebelde, consolidando su estatus como reina de los musicales. Aunque perdió el papel de My Fair Lady en la versión cinematográfica, Andrews transformó ese revés en una oportunidad para brillar en Disney y cautivar al público global.
Versatilidad y renacimiento
A lo largo de su carrera, Andrews exploró géneros variados, desde The Americanization of Emily hasta la comedia musical queer Víctor, Victoria (1982). Tras la cirugía de 1997 que afectó su voz, regresó triunfalmente en Diarios de una princesa (2001) y en la secuela, encantando a nuevas generaciones. Su carrera, llena de clásicos, premios y reconocimientos, incluido el título de Dama del Imperio Británico, demuestra que Julie Andrews sigue siendo “prácticamente perfecta” en todos los sentidos.
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