Imagen vía web. Pasatiempo Unión de Tula
En Unión de Tula el arte y la música se destacan gracias a personajes que incentivaron la divulgación de la escritura, pintura, música y poesía en los demás habitantes.
Justino González Zamora nació en el municipio Unión de Tula (Tvla) el 14 de agosto de 1928, fue profesor, literato, gestor cultural y promotor social. Se distingue por ser un poeta y cultivar este género entre los tulenses; es autor de al menos 54 poesías de las cuales la mayoría son inéditas.
Entre sus composiciones se destaca el cuento “El Tata” por el que le otorgaron un premio en 1970
En los primeros juegos florales, celebrados en Guadalajara, reconocieron este cuento al otorgarle ese premio; en los siguientes años escribió los cuentos “El maistro Crispín”, “Adiós Mina” y “Una celda para ti”, contando con un prólogo escrito por el reconocido novelista e historiador Roberto Blanco Moheno.
Durante el mismo año trabajó en la escuela secundaria del municipio impartiendo civismo, literatura, historia e inglés, a la vez que colaboró en el periódico regional “Noticias de Autlán” y se encargaba del sonido ambiental de la plaza principal.
Justino murió el 18 de abril de 1977, dejando obras sin publicar como “El niño y la corneta”, “La mariposa rosa”, “Guillermina”, “Desiderio del Águila”, “La Porfiria”, “El enemigo”, “Doña Rogelia”, entre otras. Fue una figura trascendental en la historia de Unión de Tula.
A continuación, uno de los poemas de Justino González Zamora ¡Necesito una amistad!

Necesito una Amistad. Imagen vía web. Pasatiempo Unión de Tula
¡Necesito una Amistad!
Que con calor y bondad
descongele mi egoísmo.
Que le dé a mi soledad,
no el espejismo mendaz
del afecto interesado,
sino el cariño veraz
que devuelva a mi mirar
la dulzura y la bondad
del niño que ve, asombrado,
el diario nacer del mundo
que los viejos, amargados,
con mentiras y ambición
convertimos en panteón,
necesito una amistad…
¡Un amigo, por piedad,
que le transmita a mi rostro
las líneas dulcificadas!
por la interior humildad
¡Una mano, por la Cruz!
¡Que no me imponga cadenas a cambio de monedas!
Unos ojos cuya luz
me aligere de mis penas,
¡porque ya siento la muerte
caminando por mis venas!
Una luz que de tal suerte
disipe la oscuridad,
¡porque mis ojos ya siento
cegados por la maldad!
Dadme, un amigo, Señor,
unos ojos, una mano,
¡dámelos, por caridad!
Para vencer el dolor
de morir en soledad.
No habrá muerte que me arredre,
ni orfandad que me congele,
porque con esa amistad
me darás algo de amor…
¡Dadme un amigo, Señor!
¡Dádmelo, por caridad!
Fuente consultada Pasatiempo Unión de TVLA: Justino González Zamora (pasatiempo-uniondetvla.blogspot.com)