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Cientos de personas continúan siendo evacuadas por avión este viernes en el oeste de Alaska tras el paso del tifón Halong, que azotó la región entre el 9 y el 13 de octubre con vientos superiores a 160 km/h y marejadas de hasta dos metros.
Casi 50 comunidades, principalmente tribales y de difícil acceso, resultaron afectadas en el delta de los ríos Yukón y Kuskokwim. La Guardia Nacional de Alaska ha trasladado a cerca de 600 personas a Anchorage, ya que los refugios locales se quedaron sin capacidad, convirtiendo esta operación en una de las evacuaciones más grandes recientes del estado.
El gobernador republicano Mike Dunleavy declaró estado de desastre en Alaska y solicitó al Gobierno federal, aún sin respuesta, que apruebe recursos de emergencia. Los senadores Lisa Murkowski y Dan Sullivan, junto con el congresista Nick Begich, urgieron a Donald Trump a autorizar la asistencia federal, advirtiendo que la devastación supera incluso los daños provocados por el tifón Merbok en 2022.
Las tormentas dañaron viviendas, negocios, pistas de aterrizaje y servicios públicos, dejando a numerosas comunidades aisladas y dependientes de la ayuda estatal y federal para la recuperación.
EFE