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Este jueves se dio a conocer que la nadadora Hanna Caldas fue suspendida cinco años de la natación femenina por la World Aquatics tras negarse a someterse a una prueba de verificación de sexo para demostrar su elegibilidad en la rama femenil.
Según el expediente, Caldas, de origen portugués y se percibe como transgénero, participó en la categoría de mujeres de 45-49 años ganando cinco eventos nacionales en este año, previo al proceso de revisión. Caldas señaló que la prueba era “invasiva” y no estaba cubierta por el seguro médico.
Hanna fue señalada también por violar los artículos del código de integridad de World Aquatics referidos al suministro de información falsa, la falta de honestidad y el comportamiento contrario a los principios de integridad establecidos por el organismo.
World Aquatics mantiene la política que prohíbe la participación de atletas transgénero que hayan pasado por la pubertad masculina en las categorías femeninas de élite, argumentando la necesidad de garantizar la igualdad de condiciones en la competencia.
Como alternativa, el organismo ha propuesto una “categoría abierta” para deportistas transgénero, aunque hasta ahora no ha recibido suficientes inscripciones en torneos internacionales.
