Imagen vía Facebook Este es Campeche señores
Las tradiciones que engloban el Día de Muertos son diversas y significativas para cada estado que celebra el regreso de todos nuestros familiares que ya partieron de este plano.
En Pomuch, Campeche, los nichos donde reposan los huesos de sus difuntos están decorados con vivos tonos verdes, rosas, azules y violetas; las paredes pintadas con flores, palomas, cruces y nombres a mano, estas cajas muestran un estilo distinto al de los cementerios tradicionales.
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Pomuch mantiene una tradición ancestral en la que tres años después de la sepultura, los familiares exhuman los restos para limpiarlos cuidadosamente y colocarlos nuevamente en pequeñas cajas. El ritual comienza por el cráneo y continúa hasta los pies, colocando los huesos en orden para repetir el proceso cada año.
Las cajas se adornan con paños bordados con nombres y dibujos, que se renuevan anualmente como un cambio de ropa simbólico y durante la limpieza, se rodea a los huesos con velas y flores frescas, y se relata la vida del difunto, manteniendo viva su memoria.
El tiempo de rigor para la exhumación son tres años, período en el que se considera que del cuerpo solo quedan los huesos, listos para ser lavados con pincel. El ritual se realiza la semana previa al 1 de noviembre, y durante el resto del año las cajas se dejan entreabiertas para permitir la “presencia” de los espíritus y se cree que todos deben participar; de lo contrario, los espíritus de los no venerados podrían atormentar a los vivos.
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Esta tradición tiene raíces prehispánicas y se complementa con el Hanal Pixán, la “comida de las ánimas” de origen maya. En este ritual culinario destacan los pibipollos, masa de harina rellena de pollo, cerdo o pavo con verduras y salsa roja k’ool, cocidos en un pib tradicional, un horno de tierra con piedras calientes. Los alimentos se colocan en los altares como ofrenda y, tras recibir el beneplácito de los difuntos, son compartidos entre los familiares.
Pomuch representa así un vínculo entre el respeto a los muertos y la preservación de las raíces culturales, manteniendo viva una de las tradiciones más singulares de México.
Recuperado de National Geographic