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En medio del paso devastador del huracán Melissa, el más poderoso de la temporada del Atlántico, meteorólogos y pilotos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) continúan trabajando sin recibir salario debido al cierre del Gobierno estadounidense, que este sábado cumple un mes.
Cazahuracanes en riesgo por deber científico
“El equipo de cazahuracanes de NOAA está arriesgando sus vidas para recolectar información vital sobre Melissa, aun sin pago”, denunció el Comité de Comercio del Senado en redes sociales. Los científicos operan el avión WP-3D Orion “Kermit”, con el que ingresaron al ojo del huracán —que golpeó Jamaica como categoría 5— para obtener datos que mejoren los pronósticos.
El martes, otro avión tuvo que regresar a su base en Curaçao por turbulencias extremas, con vientos de hasta 295 km/h, lo que muestra la peligrosidad de las misiones.
Voluntarios y recortes presupuestales
Ante la falta de fondos, incluso científicos retirados han regresado como voluntarios a NOAA para analizar la tormenta, según The New York Times.
El cierre del Gobierno coincide con un recorte del 27 % del presupuesto de NOAA y la pérdida de más de 2.000 empleados, denunciaron exdirectores de la agencia.
“El acceso a datos meteorológicos salva vidas; cada dólar menos debilita nuestra capacidad para proteger comunidades”, advirtieron.
EFE