Foto: EFE
La BBC vive una de sus semanas más complicadas en un año marcado por cuestionamientos a su imparcialidad y a su modelo de financiamiento. La cadena pública británica pidió disculpas a Donald Trump para evitar una demanda por difamación que podría haber alcanzado los mil millones de dólares, luego de que un documental manipulara un discurso de 2021 para hacerlo parecer un llamado directo a la insurrección en el Capitolio. La polémica provocó las dimisiones del director ejecutivo, Tim Davie, y de la jefa de informativos, Deborah Turness, y desató críticas desde sectores conservadores que acusan a la BBC de un sesgo ideológico izquierdista.
Sin embargo, los problemas no se limitan al ámbito editorial. El modelo de financiamiento está debilitándose: la BBC depende casi por completo de la tasa anual de 174,50 libras que pagan los hogares británicos. Pero, según su informe 2024/25, el 12,52 % de los hogares ya no paga, lo que supone una pérdida cercana a 500 millones de libras al año. El fenómeno responde al creciente abandono de la televisión tradicional por parte de las audiencias jóvenes, que prefieren contenido bajo demanda en plataformas digitales.
A esto se suma el alto costo de mantener una vasta red global con canales, radios y servicios internacionales en decenas de idiomas. El gobierno laborista estudia alternativas “creativas y radicales” de cara a la renovación de la carta institucional en 2027. En medio de presiones políticas, amenazas legales y un modelo económico en tensión, la BBC enfrenta uno de sus retos existenciales más serios en décadas.
EFE