Imagen vía X Mike Pence
Este jueves un funcionario de la Casa Blanca afirmó que el Donald Trump y el vicepresidente, JD Vance, fueron excluidos del funeral del exvicepresidente Dick Cheney, realizado este jueves en la Catedral Nacional de Washington D.C.
Cheney que fue una figura clave para los republicanos durante la administración de George W. Bush y un crítico feroz del actual presidente, falleció a inicios de este mes a los 84 años por complicaciones de neumonía y enfermedad cardíaca.
El servicio reunió a destacados republicanos de la vieja guardia y a líderes bipartidistas. Participaron Joe Biden, Kamala Harris, Mike Pence, Al Gore, Dan Quayle, Nancy Pelosi y el presidente de la Suprema Corte, John Roberts. Entre las ausencias notables también estaban Barack Obama y Bill Clinton, quien no asistió por “un conflicto de agenda inevitable”.
En un gesto inesperado, incluso la presentadora liberal Rachel Maddow asistió al servicio, un detalle que refleja hasta qué punto la política estadounidense se ha reconfigurado en la era Trump.
El encargado del elogió fúnebre, George W. Bush, evitó referencias a antiguas tensiones con Cheney y lo calificó como “todo lo que un presidente podría esperar de un segundo al mando”.
La razón del desaire a Trump
La exclusión del actual presidente parecía inminente debido a su abierta confrontación con Liz Cheney, hija del exvicepresidente y figura clave en el comité que investigó el ataque al Capitolio del 6 de enero. Trump respaldó al rival de Liz en las primarias de 2022 y ella terminó perdiendo su escaño.
Ambos Cheney, Liz y Dick, rompieron con el partido al respaldar a Kamala Harris en las elecciones de 2024, un gesto impensable en otra época. Harris perdió ante Trump en noviembre, permitiéndole regresar a la Casa Blanca para un segundo mandato.
Un legado polémico
Cheney es considerado uno de los vicepresidentes más influyentes y polémicos de la historia moderna. Fue un actor clave en la respuesta a los ataques del 11 de septiembre, impulsó la expansión del poder de vigilancia del gobierno y defendió la invasión de Irak y Afganistán.
Su carrera comenzó en la administración de Richard Nixon y continuó en distintos cargos: jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, secretario de Defensa y, finalmente, vicepresidente durante la administración Bush.
En el funeral, Liz Cheney recordó la educación cívica que su padre les inculcó: la importancia de la república y del servicio público por encima del partido.
Sin nombrar a Trump, defendió su decisión de exigirle responsabilidades por su papel en la insurrección del 6 de enero, aunque eso le costó su carrera política. Subrayó que, para su padre, “una elección entre defender la Constitución y defender a su partido no era una elección en absoluto”.