Imagen vía EFE
Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra tres sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro, Carlos Erick Malpica Flores, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, así como contra seis compañías navieras y media docena de buques, como parte de una estrategia para aumentar la presión sobre el régimen chavista.
El anuncio llegó un día después de que la administración Trump informara sobre la incautación de un petrolero que transportaba crudo venezolano frente a las costas del país sudamericano, un movimiento que elevó aún más la tensión en el Caribe.
LEE TAMBIÉN: EU decomisará el petrolero incautado frente a Venezuela
De acuerdo con comunicados del Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado, las nuevas sanciones se suman a un contexto de creciente presencia militar estadounidense en la región. Washington acusa a Maduro de liderar el llamado “Cartel de los Soles”, una designación que agrupa a individuos y redes corruptas vinculadas al narcotráfico dentro de la estructura de poder venezolana, aunque sin jerarquía ni coordinación definida.
El Departamento de Estado aseguró que el presidente venezolano “ha ignorado la voluntad del pueblo y destruido la economía”, y señaló que dos de sus sobrinos, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, continúan participando en actividades de narcotráfico pese a haber sido indultados por la administración anterior como parte de un intercambio de prisioneros.
Además de los familiares de Maduro, las medidas alcanzan también al empresario panameño Ramón Carretero Napolitano, señalado por beneficiarse de contratos petroleros y negocios con la familia Maduro-Flores.
TE PODRÍA INTERESAR: Venezuela acusa a EU de “robo descarado” de su buque petrolero
Las sanciones incluyen a seis empresas navieras y a los buques White Crane, Kiara M, Constance, Lataffa, Tamia y Monique, señalados por transportar petróleo venezolano.
La confiscación del petrolero el miércoles marcó un giro en las tácticas estadounidenses, al atacar directamente los recursos energéticos que sostienen al régimen.
La Casa Blanca confirmó que se abrió un proceso formal para quedarse con el crudo decomisado, mientras mantiene desde agosto un despliegue militar en el Caribe con unos 15,000 soldados. Aunque Washington insiste en que el objetivo es combatir el narcotráfico mediante la operación “Lanza del Sur”, Caracas y varios analistas consideran que la maniobra busca presionar la salida de Maduro y abrir el camino para que empresas estadounidenses tomen el control del sector petrolero venezolano.