La temporada de huracanes 2024, que finaliza oficialmente este sábado, destacó por su actividad y devastación en Estados Unidos.
De las 18 tormentas con nombre, 11 evolucionaron a huracanes, y cinco impactaron directamente en territorio estadounidense. Helene, el más mortífero desde Katrina en 2005, dejó más de 150 muertes directas, arrasando desde Florida hasta Carolina del Norte.
El huracán Beryl, de categoría 5, marcó el inicio de la temporada en junio. Sin embargo, fue a partir de septiembre cuando la actividad se intensificó, alcanzando un récord con siete huracanes formados después del 25 de ese mes.
Helene, que tocó tierra en el Big Bend de Florida como categoría 4, y Milton, que atravesó la península generando 47 tornados, dejaron huellas significativas de destrucción.
La interacción de fenómenos climáticos como El Niño y La Niña, junto con las cálidas temperaturas del Atlántico, fueron factores claves en esta temporada. Con daños materiales estimados en 190,000 millones de dólares y más de 300 muertes, la necesidad de preparación y servicios meteorológicos precisos es más urgente que nunca, según expertos de NOAA.