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Conocer la historia de la iglesia católica en México resulta aún más interesante cuando nos adentramos a esos aspectos que moldearon sus costumbres y tradiciones que perduran en la actualidad y otras que quedaron en el pasado. Un gran ejemplo es la prohibición de canciones por parte de la iglesia católica durante el siglo XVIII, cuando la iglesia tenía el control económico, espiritual y político en el país. La iglesia ejercía su poder y mandatos en cualquier estrato social.
La música siempre ha sido un medio de expresión en la mayoría de las culturas y no es de sorprenderse que los mexicanos ejercieran la rebeldía ante las autoridades que buscaban someter al pueblo. Es por esto que se llegaron a popularizar las canciones con críticas a la religión que se burlaban y provocaban a la iglesia.
Te compartimos una recopilación de canciones que, por sus letras o bailes exóticos que las acompañaban, fueron prohibidas públicamente por sacerdotes en misas y sermones.
1. El Jarabe Gato
El Jarabe Gato fue otra canción que, al igual que “El Chuchumbé”, fue prohibida por la Iglesia en el siglo XVIII. El jarabe, como género musical y danza, era visto como obsceno y vulgar por la Iglesia, especialmente por sus movimientos provocativos y las letras que contenían alusiones sexuales. El Jarabe Gato, en particular, era considerado inmoral por sus insinuaciones lascivas.
2. La Bamba
Aunque hoy es una de las canciones más emblemáticas del son jarocho y de la música mexicana en general, en sus primeras versiones, “La Bamba” fue vista con desconfianza por la Iglesia debido a sus orígenes festivos y sus connotaciones de fiesta popular. Las primeras versiones tenían versos improvisados que a menudo incluían referencias que podían considerarse indecorosas o burlonas hacia la moral cristiana.
3. El Atole
Esta canción tradicional del género de sones y huapangos también fue censurada por la Iglesia, ya que algunas de sus estrofas improvisadas podían incluir referencias eróticas o vulgares, según la interpretación de los músicos. Las coplas improvisadas en muchos géneros populares eran consideradas peligrosas por la Iglesia, ya que podían volverse críticas o irrespetuosas hacia la autoridad religiosa.
4. El Jarabe Loco
El Jarabe Loco fue otra versión del jarabe que se consideraba provocativa por su música y baile. En la época colonial, cualquier forma de jarabe que se interpretara en espacios públicos, como plazas y fiestas, fue vista con recelo por la Iglesia debido a la interpretación provocativa de los bailarines y la posible inclusión de letras desafiantes o satíricas.
5. El Chuchumbé
“El Chuchumbé” es quizás la canción más emblemática de las prohibiciones eclesiásticas. Su letra satírica y provocativa criticaba abiertamente el comportamiento del clero, aludiendo a la hipocresía moral de algunos religiosos. La Iglesia reaccionó rápidamente, prohibiéndola por su contenido subversivo y su tono irreverente. A pesar de las prohibiciones, la canción continuó interpretándose de manera clandestina y se convirtió en un símbolo de resistencia cultural en las comunidades costeras del Golfo de México.
En una época en la que la Iglesia controlaba aspectos tanto públicos como privados de la vida, canciones como las anteriores ofrecían una válvula de escape y un medio para criticar el status quo sin recurrir directamente a la violencia. Su legado perdura en la cultura popular como una representación del espíritu rebelde de las comunidades que resistieron el poder eclesiástico.