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El centro de detención Deportation Depot, en el norte de Florida, cumple este jueves un mes en operación, mientras que Alligator Alcatraz, en los Everglades, llega a tres meses. Ambos se han convertido en el modelo de retención de migrantes, pero enfrentan acusaciones de opacidad y “crueldad”.
Organizaciones civiles denuncian que no hay listados oficiales de detenidos. Thomas Kennedy, de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC), estima que hay unos 400 migrantes en Deportation Depot. En Alligator Alcatraz, el Miami Herald reportó que 1.200 migrantes desaparecieron de la base de datos del ICE en julio.
La activista María García, de Jacksonville Immigrant Rights Alliance (JIRA), califica el centro como “campamento de crueldad” por denuncias de agua contaminada, falta de atención médica y condiciones insalubres. El Consulado de México en Orlando confirmó la detención de 176 mexicanos, la mayoría arrestados en operativos viales por no portar licencia estatal o documentos migratorios.
Florida defiende su esquema
El gobernador Ron DeSantis defiende el modelo y adelantó la apertura de un nuevo centro, Panhandle Pokey. “Otros estados podrían aprender de lo que Florida ha hecho”, afirmó, destacando que el ICE otorgó más de 38 millones de dólares en recursos estatales y locales para reforzar la estrategia.
Pese a un fallo judicial en contra, el gobierno logró que una corte federal bloqueara la orden de desmantelar Alligator Alcatraz. Sin embargo, JIRA y organizaciones ambientales como Friends of the Everglades aseguran que seguirán protestando contra lo que llaman un esquema de “deshumanización y tortura”.
EFE