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Durante este fin de semana en Chicago, al menos siete personas murieron y otras 47 resultaron heridas según la policía.
En un momento tenso en el que el mandatario estadounidense ha expresado su deseo de militarizar la ciudad para reducir el crimen pese al rechazo de las autoridades locales, el Departamento de Policía de Chicago reveló que, en los dos últimos días, siete personas murieron en tiroteos, a lo que se sumaron 47 heridos.
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Para Chicago, una ciudad con una alta tasa de criminalidad que la semana del 18 al 24 de agosto registró 43 tiroteos y el asesinato de 9 personas, un balance de víctimas tan elevado no es infrecuente. Sin embargo, estas cifras llegan cuando la administración de Trump amenazó con desplegar próximamente la Guardia Nacional en la ciudad.
La posible militarización ha recibido fuertes críticas por parte del alcalde, Brandon Johnson, y del gobernador del estado de Illinois, J.B. Pritzker, ambos demócratas, que cuestionan que el despliegue forma parte del plan de Trump para arrestar a migrantes indocumentados y deportarlos. Lo que llevó al alcalde a firmar una orden ejecutiva que impide a funcionarios locales colaborar con el Gobierno federal.
En paralelo, miles de personas protestaron en las calles durante las marchas del Día del Trabajo, portando pancartas contra la iniciativa de Trump.
El mandatario republicano defendió en Truth Social que “el crimen está totalmente fuera de control” en Chicago, citando cifras recientes. Situaciones similares ya se han vivido en Washington D.C. y Los Ángeles, donde se desplegaron tropas de la Guardia Nacional en meses anteriores.
EFE