China expresó este viernes su disposición a dialogar con Estados Unidos para “gestionar las diferencias” económicas y comerciales, especialmente a raíz de las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles de hasta el 60% a los productos chinos.
Durante una rueda de prensa, Wang Shouwen, viceministro de Comercio de China y representante de Comercio Internacional, señaló que el país está dispuesto a expandir las áreas de cooperación y gestionar las diferencias, con el objetivo de asegurar un desarrollo estable de las relaciones económicas bilaterales.
Wang destacó que, para lograr este desarrollo, las relaciones deben basarse en “respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación”. Además, advirtió que China defenderá firmemente su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, y que tiene la capacidad de resistir el impacto de posibles choques externos, gracias a la resiliencia de su economía.
El viceministro también subrayó que, a pesar de las tensiones comerciales, las economías de ambos países son “altamente complementarias”, y un desarrollo “sano y sostenible” de las relaciones sería beneficioso tanto para ellos como para el resto del mundo.
En su respuesta sobre los aranceles, Wang señaló que imponer aranceles no resolverá el déficit comercial de Estados Unidos y que los costos del aumento de los mismos recaerían sobre los consumidores estadounidenses.
Con la llegada de Trump a la presidencia, se prevé que el impacto de nuevas tarifas comerciales podría afectar al crecimiento de la economía china en hasta un punto porcentual.
La relación entre ambos países se deterioró durante la primera presidencia de Trump debido a desacuerdos comerciales, diplomáticos y tecnológicos, y la tensión ha aumentado con Joe Biden en la Casa Blanca, especialmente en temas como Taiwán y las restricciones tecnológicas.
Desde 2018, bajo Trump, Estados Unidos impuso aranceles a productos chinos por valor de aproximadamente 370.000 millones de dólares anuales, lo que desencadenó represalias por parte de Pekín. Expertos advierten que nuevas medidas arancelarias podrían aumentar aún más la tensión entre las dos economías más grandes del mundo.