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El cometa 3I/ATLAS se ha vuelto popular en las ultimas semanas. Procedente de más allá del sistema solar, este viajero interestelar alcanzará el próximo día 19 su punto más cercano a la Tierra, a unos 270 millones de kilómetros. Aunque la distancia es enorme y no representa ningún riesgo, astrónomos de todo el mundo se preparan para aprovechar este momento único antes de que continúe su ruta y desaparezca para siempre de nuestro vecindario cósmico.
Un “eslabón perdido” entre estrellas
Descubierto el 1 de julio por el sistema ATLAS en Chile, 3I/ATLAS es apenas el tercer objeto interestelar jamás observado, tras ‘Oumuamua y 2I/Borisov. Científicos como Josep Maria Trigo-Rodríguez lo describen como un posible “eslabón perdido”: un objeto prístino que se formó en otro sistema planetario hace miles de millones de años y fue expulsado al espacio profundo. Incluso podría ser más antiguo que el propio sistema solar.
Telescopios apuntando al misterio
Desde su detección, grandes instrumentos como Hubble, James Webb, SOHO o la misión Mars Express han seguido su evolución. El objetivo es conocer su composición y entender mejor cómo se forman planetas en otros sistemas. Estudios preliminares sugieren algo fascinante: posibles volcanes de hielo en erupción, un fenómeno conocido como criovulcanismo.
Aunque no será visible a simple vista, sí podrá apreciarse con telescopios de tamaño medio desde lugares oscuros y con cielos despejados. Se observará antes del amanecer durante los próximos meses.
Pese a teorías extravagantes sobre un origen artificial, la NASA y la comunidad científica coinciden: 3I/ATLAS es, sin duda, un cometa.
EFE