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La Corte Suprema de Estados Unidos levantó las restricciones a las redadas migratorias en Los Ángeles que permitirá a los agentes de migración detener a las personas por su raza, idioma, trabajo y ubicación.
Este lunes la mayoría conservadora levantó una orden de restricción que limitaba a las patrullas itinerantes realizar detenciones indiscriminadas por su raza, idioma, trabajo y ubicación en la ciudad de Los Ángeles y alrededores. El juez Brett Kavanaugh declaró que dicha orden era muy restrictiva sobre como los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaban paradas para interrogar.
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“Para ser claros, la etnicidad aparente por sí sola no puede constituir una sospecha razonable; sin embargo, según la jurisprudencia de este Tribunal en materia de detenciones migratorias, puede ser un ‘factor relevante’ al considerarse junto con otros factores relevantes”, escribió Kavanaugh.
En contraste, la jueza Sonia Sotomayor criticó duramente la decisión: “Innumerables personas en Los Ángeles han sido esposadas simplemente por su apariencia, su acento o por trabajar en empleos manuales”.
Un campo de batalla migratorio
La decisión llega en medio de la intensificación de las operaciones de ICE y el despliegue de la Guardia Nacional en ciudades clave. Los Ángeles se ha convertido en epicentro de la estrategia de línea dura de Trump, con redadas recientes que incluyen la detención de ciudadanos estadounidenses durante revisiones migratorias.
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La jueza federal Maame E. Frimpong, quien había emitido la orden bloqueada, argumentó que las tácticas de control violaban la Constitución. La demanda continuará en California, impulsada por organizaciones de defensa de inmigrantes.
Mientras tanto, la administración Trump defiende que los agentes actúan por la presencia ilegal en el país y no por motivos raciales. Sin embargo, defensores denuncian que la medida expone a millones de personas, en especial a la comunidad hispana y latina de Los Ángeles, a posibles abusos.